asa una semana desp
, yo estaba sentada en
jos. Dejó su maletín y se aflojó la corbata, con un suspiro que
ado. ¿Podemos no ha
ción, como si estuviera habl
no podía
te una semana. ¡Una semana!
fuerzo, mi pecho se sentía a
mpaciencia cruzó su rostro. "No empece
os posible de mí, y encendió la televisión,
peor que cualquier grito. Me hiz
actuó como si na
nstituto," dijo mientras se ponía la chaqueta. "
tariamente a un evento de su trabajo. Antes, sie
podemos ir de compras antes
esfuerzo en su mandíbula, la forma en que sus labios se apretaban después de hab
e a mí misma. Por la fach
speso, difícil de respirar. Cada conversación era forzada, cada silencio estaba lleno de cosas no dichas. La tensión era una pre
mirando el techo, cuando la puerta de
í. Sabía
encio se estiró, pesado y expectante. Luego, sentí su mano e
era frío,
Era como si me estuviera dando una limosna, un pago para que dejara de causar problem
s. La luna fuera de la ventana era brillante y
ude
a para mirarlo
por Es
de mis labios
vo de golpe. Su
sonido fue nuestra resp
bajo y furioso en la oscuridad.
un salto, su silueta re
bre en esta casa! ¿¡Entendi
ó sin aliento. No era la ira de un hombre culpable, era
momento,
vuelto a su casa, a su vida cómoda, pero su cora