ue me quedaban. Miré a Tessa, luego a Leon,
firme. "Les deseo lo mejor. En cuanto a mis sentimient
s que había escuchado en el b
s con sorna. "¿Ya no vas a enviarle a Leon regalos hechos a mano? Rec
scribiste un poema. Leon nos lo
ré a Leon, buscando una pizca de dece
contr
amigos me destrozaran mientras él tomaba un sorbo de cha
dio un beso en la mejilla. Ver esa muestra de afecto, esa devoción que yo
a había soport
a la salida, Tes
o asegurarme de que entiendes la situación. Leon es mío. Siempre lo
e su prometido era un manipulador cruel.
ecirte", respondí, i
su agarre sorprendentement
bandeja llena de copas. Tessa, en un movimiento brusco, me emp
e decoraba la mesa cercana se ta
amente debajo
lado de la sala. Su reacción fue i
túpida parte de mí pen
ro
erer, y agarró a Tessa, apartándola del cam
dolor agudo y cegador en mi
rodillado junto a Tessa, acunando su rostro entre sus manos, pregu
blanca me cegaba. Mi hermano Curtis estab
í haberte sacado de allí. De
ano, mi brazo
actuó por instinto. Salvó a la persona que más le imp
amor. Solo u
a en la mano, lo primero que hice f
a Cognac, Francia. Pa
ada. Mi nueva vida est