rrepi
ega, pero justo antes de que la puerta se cerr
mirada de extraña curiosida
suelo helado, abra
te, la puerta se ab
Luci
buelo en la mano. Lo h
oción. "Lamento lo de anoch
lpa real. So
rta de plata estaba abo
", dije, mi voz tan fría c
rprendida p
ón.
dad?", la interrumpí. "Usted me pag
llo de ira
tás insi
érminos de nuestro contrato. Es una
su rostro
me así. No olvides quié
momento, su t
antalla.
se suavizó
, dijo, dándose
a para atender a su amado, d
olorosa certeza se i
rría. Para mí, me en
encia er
el de un objeto que se
staba dispue