levándose las lágrimas antes de que pudieran caer. Abajo, la
, me había acusado de robarle el
¡Una cualquiera que se acuesta con cualquiera! ¡Quiere
ubes de salsa, con hombres de mala reputación. Per
a" , Camila, se
a pena, "Luciana siempre tuvo envidia de Sasha, sie
o crecer, me creyó una villana. Sus miradas s
es de Bogotá, mi único sueño, se sentía como ceniza en mi bolsillo. Lo
rme de Sasha, no estaba allí. Estaba en un viaje de
muerto. Un "accidente" en la finca de café, de
pedazos y sin nada po
ó en mis oídos
e abrí l
queña habitación. El olor a café recién hecho
cama. Mi cuerpo no ten
pared. La fecha estaba ma
la competencia r
todo comenzó y
vue
bios. Esta vez, las cosas serían dif
ven