lor a fritanga y al escape de los coches, un olor muy difere

vendí, vendí el legado de

Sas

ncerrada en una celda por una supuesta de

pto, cada peso que ganaba lavando platos en la cocina de un restaurant

mis manos estaban vacías

no Patrick, de solo diecisie

e Sasha", me dijo un día, con los ojos brilla

e pregunté,

upes, León. Lo importante

ro la desesperación me

ue me entregó, sintiendo u

darle la buena noticia al guardia, por d

, me detuve, una voz fam

Sa

estab

sino", decía ella, su voz no era la de la mujer

e queda nada, pronto se c

a, mi corazón latiendo

o, abrazada a un hombre alto y arroga

ía una p

u hermanito?", pregun

ó Sasha con una risa cruel. "Pero solo nuestro hijo, M

erio R

peó con la fuerz

del magnate inmobiliari

a sido un

u deuda, su e

para desha

ano de repente pe

ajito" d

cuarto alquilado, un mal present

Patrick e

ba m