nio se materializara tras conseguir el gran contrato de arquitecto que lo consagraría. Hoy
tra mujer, ¡Sofía!, su "musa". De repente, me preguntó por la peineta de mi abuela, un
menco. Más tarde, vi el horror en directo: Javier, con la peineta
estrozada sin piedad, y luego, mi ex intentó reemplazarla con una fals
ducirme a una "tonta" a la que podía manipular? La ira y el asco me invadie
, tomé una decisión que camb
e una dinastía andaluza que llevaba años esperándome. A su antigua of
abela renacida, respaldada por un poder que él jamás podría imagi