, Mateo se despertó i
te si no tenía entrenamiento. Pero hoy, a la
ió una de sus mejores camisas, unos vaqueros caro
nte hoy?" pregunté, i
inclinó y me dio un beso rápido en la mej
e con un sentimi
cargando en la mesita de noche
un contacto guar
ropuerto. No puedo
vuelto. La verdadera dueña de su cor
puerta se abrió d
dijo, caminando hac
r dormida. Mi corazón latía con fuerza. ¿
reloj y
durmiendo?
omento, sentí que se iba y l
e no sabía que e
visto el mensaje no era por miedo a perderme. Era por m
amento. Ya no con tristeza, si
a maleta. Empecé a guardar
intado. Recordé cómo Mateo se quejaba del olor de
prado juntos. "Demasiado bohemio," ha
nos unía, cada recuerdo compartido. Era como limp
ó silbando, con una sonrisa que
o hecha en la esquina de la habitación. N
preguntó, tirando las
," re
nte. Era la felicidad de un hombre que
l nombre en la pantalla
llena de afecto. Se alejó hacia
nción estaba en esa llamada, en ella. Yo, sentad
no empezó a vibrar sin pa
i familia, de mis
cumpleaño
ermanita! ¡Que cu
cumpleaños! ¡T
a sonrisa triste. Al me
mido en el sofá, su teléfono caído de
uerdo de los que estaban lejos, y el olvi
atro había comenzado. Y con é