n aroma que se me pegaba a la piel y me recordab
bre es
eta tirante y un uniforme de segund
onerme de pie frente a toda la cla
tor con una pierna lesionada
perdido de Andalucía, donde el olor a tierr
entí la mirada de S
cuela, la hija de un banque
y brillante de lo que yo podría haber sido e
on la cara ardiendo de vergüe
¿Necesitas di
u bolso de diseño y lo arrojó
parció por el s
se quedó en sile
e, recogí cada bill
pero no lo
más. Su cara perfecta se co
esitas al final del
o, la oí hablar con sus am
o del amo
o lla
a y sacaban uno al azar. El objetivo era enamor
é mi n
cí
ica b
ivo de e
n frío pragmatismo. La vida ya me había enseñado
ser la lista de la clase. Me escondían lo
nar, a convertir su
no sería