emblando. El veneno ya corría por mis venas.
ntó mi padre, Javier, acercándose con lentitu
a pisar las uvas contaminadas!", g
ndo fastidio, no preocupación. "No exageres, Sofía
ie!", le mostré la pequeña he
. "Siempre tan dramática. Valeria es mucho más delicada, por
í, sintiendo cómo
siento tanto. Si lo hubiera sabido... Pero es que me sentí
ombros de Valeria. Luego se volvió hacia mí. "Deberías estar agradecida. Te res
? ¡Podría haberme mata
a limpiarte. Estás manchando el suelo y tenemos que terminar la s
e superficial, el hermano arrogante y la hermana adoptiva manipula
o. Fue una decisión consciente. Mi vida valía menos que un
tambalear. El veneno es
dre con desgana, como si hablara de un animal herido
no caer, mientras ellos volvían a sus asuntos, dejándome sola con