avier, el aire de Sevilla

ses y catorce días desde que desapareció s

, en la boda de mi

a el

ano, pero no cayó. El ruido de la fiesta, las risas, la

acercó a mí, agarrándome del brazo con u

increíble? ¡Por

me miraba, pero sus ojos estaban

orante. "Lo encontré en su peor momento, al borde del abismo por la quiebra de su empresa.

mática, apretando

exnovia que lo acosaba sin piedad. Una obsesiva,

ovia o

er

ecó mis lágrimas, que me animó a no perder la esperanza,

a espalda. Las cicatrices de mis muñecas, recuerdo de una noche de des

a más con la incertidumbre, cuando

que antes me llamaba "cuñada", me

ue pasar página.

se momento, Javier se acercó. No a mí. Pasó a

r eterno en el Rocío, el que conocía cada rincón de mi alma, ahora

fue mía. La forma en que su mano se posaba en su cintura, la s

fantasma en la fiesta d

intentando respirar. Fue entonce

obsesionada. Rota. ¿Quién q

or dentro. La rabia y el

"sí, quiero". Se besa

mbién a

vés de la multitud. Por un instante, vi un destello de algo en su mirada, ¿culpa?, ¿s

fono, mis ded

encontrar nunca e

tupidez, lo sé. Un grito

as calles de Sevilla, la ciudad que había sido nuest

nota, diciendo que necesitaba espacio, que volvería. Recordé a su madr

creí.

vibró en mi

se, cortante

me en

eto elegido por él. Fui directa a mi joyero y saqué la med

erno se ha