senté en el borde de nuestra cama, el dolor sordo en mi ingle e
o de mi madre de tener un nieto que continuara la tra
sa, siempre ha
flamenco exige todo de mí. Un embarazo, el parto
ba. Así que acepté. Para demostrarle mi compromiso total, para
inal por nuestr
nte llenos de fuego, estaban rojos e hinchados. Se a
vie
z se
iado de
. El dolor en mi cu
sin un hijo está incompleta. Necesi
vo. Un escalofrío
ué dices?
sus hermosas mejillas. "Sé que ya no puedes darme
ca
io de la habitación. Ricardo, el famoso tor
emos criar al niño juntos. Tú, yo y él. Imagínalo, Javier. Nuestro hijo tendrá la estabil
renunciar a mi capacidad de ser padre, me estaba presentan
era nada comparado con el d
a. La vasectomía no era un
na tr
as ella buscaba al hijo que deseaba