e a
fig
illa que parí con
ier, mi marido, l
la cerámica rota es el único
Javier, o eso creía yo, y una sonrisa que prometía paz. Lo t
de Andalucía entraba por la ventana, iluminan
emente cogió el martillo d
, mi voz un hilo roto.
ó del fuego hace tantos años, al hombre que me besa c
e ángel trae mala
moción, como si estuvie
erá a
ó el m
ojos. No p
do abrí los ojos, Gabriel ya no era un ángel. Era un montón d
ma con la que lo había cogido. Se acercó a mí, me limpi
ás uno mejor, mi amor
supervisar la recogida de la acei
o, rodeada de los resto
iba a buscar ayuda. Tenía que haber una explicaci