ta. Siento un frío que no tiene nada que ver con el a
, este viaje fue el
Su sonrisa es la de una mártir, la que siempre usa cuand
Ver las procesiones contigo
espondo, con
acaciones. Su única preocupación es la imagen que proye
echo un gran esfuerzo para organi
esfuerzo siempre
a. Una "bendición", dijo ella. La escondió en mi bolso. Me acusaron de ladrona. Las redes sociales me destrozar
análisis de sangre con el suyo. Me diagnosticaron una e
alizar". Allí, en medio del ruido y los farolillos, un grupo de hombres me agredió
usto al inicio de este viaje. Y est
tiene uno idéntico, donde guarda sus gafas y su perió
mple. Devasta
bolso, por favor?" pido con una dulzura
er bolso negro que ve. El suyo. Me da el agua. Pero no vuelve a co
fec
incienso y a azahar. El olor de mi propia tumba.