viva del flamenco, quería una guitarra de concierto para su próxima gira m
ndo Isabel me daba las especificaciones. "Demostraré cómo m
la palabrería de su so
adera. La mejor que tengas.
o que llevaban años secándose. Un material casi sagrado, cuyo valor
era es única. Un error
r un nuevo barniz de polímeros que he desarrollado.
otente. No escuchaba a la madera, la forzaba. El día del barnizado, lo vi mezcla
tre fue
s del cedro. La madera, antes de un rojo profundo y vibrante, se llen
staba arruina
sabel entró y vio el destr
gritó ella, pero no a
ue haber saboteado la madera! Estaba celoso de que yo me enc
a mí, con los ojos
siseó. "¡Saboteador!
Fue su barniz, yo le adve
ra de tu miserable sueldo, sino que limpiarás este d
a a Javier, diciéndole que no era su culpa, que l
madera agrietada, tomé una decisión. Ya no