abras de Valeria rebotando en mi cabeza. El plan era una locura, una
ndida. Valeria estaba sentada en mi silla de trabajo, revisando
, supliqué. "Javier es un mons
la vista, s
una suavidad que me heló la sa
alivio. Quizás
la dejaremos ir, lejos.
ió. Una sonrisa que
. Ahora ve a dorm
ella. Fui
ia estaba sobre mí, su rodilla presionando mi pecho. En suu aliento olía a alcohol. "Con tu talento y
ejilla. Grité, un sonido aho
o, trazando una línea brutal desde mi ojo hasta mi bar
contra el suelo y
able. Me arrastré hasta el espejo y vi el monstruo que me había
trozado, algo nuevo nació dentro de mí. Ya no sentí
ia volvió. Ni siquiera s
s hora de trabajar. Haz
ojo hinchado. Mi voz
mana. Con m
za había