eró de mí. Me di
a!", gritó
la calle y me tiró al suelo. El abuelo llegó un se
inos que observaban desde sus
a a la casa. Luché con todas mi
na patrulla iluminaron la calle. Dos policías, con
tá pasan
or, ayúdeme! Mi familia, gané un premio y ahora q
rcó, adoptando una expr
tá bien de la cabeza. A veces inventa historias.
emente. "Es nuestra culpa. La pobreza,
ontrolar a una hija "histérica". Durante años, mis abuelos habían cultivado la im
licías me mir
pero este es un asunto familiar. No podem
, supliqué. "¡M
atando de cuidarla. Vuelva
la y se fueron, dejándo
arsa terminó. El abuelo me agarró del pel
te salvarían
con fuerza.
las. "¡Eres una plaga! ¡Una
a entrada del callejón, su rostro i
¡Desde que llegaste a esta cas
ida pasada. Pero esta vez, algo era diferent