e mi única alegría, el mole de mi madr
de que los pitbulls de mi abuelo me desgarraran
n premio de un festival gastronómico con la m
a codicia brillando en sus ojos
as medicinas de la abuela y mis estudios," dijo
che, él me siguió hasta un callejón y, tr
drilo, y el abuelo, con furia alcoholizada, me acus
no vieron mi desesperación, solo a una familia
amaron "plaga" y "maldición", mien
primera vida regresaría así, amplificada por su cr
me quedarían
e paralizó; m
que me mató una vez, y esta ve