Sofía dormía agotada en mi
co. Les pedí que enviaran a un mensajero de confianza a prim
eguridad, un hombre leal que
s últimos seis meses. Especialmente las del día de la Quinceañera. Me han dicho que se borraro
abía construido, el santuario que había creado para mi f
siguiente,
voz resonando en
¿Dónde estás? ¡Te
scaleras l
de una marca de lujo. Carmen, la madre de Lucía, salía de la coci
neció, reemplazada por una m
ué haces aquí?
tras tú celebrabas una Quinceañera par
erfume barato y dulzón, el perfu
es a
había un collar de diamantes. Lo reconocí. Era uno
de tu amante en las redes sociales, y por qué le co
eó, buscando
o... somos amigos. Y las chicas, Sofía y
"¿Sofía comparte los golpes? ¿Comparte la humillación? ¿
éfono y marq
as tarjetas de crédito asociadas a m
teo se contor
! ¡Necesito esas tarj
o. Tú solo eras el encar
y empecé a sub
Isabela," gritó detrás de mí.
í sin mirarlo. "Y solo estoy
recibí do
ados del laboratorio. Mis mano
se usa para engordar ganado. Causa aumento de peso, acné severo, de
te contenía vari
portátil. Eran las grab
crueldad en la cara de Lucía, la diversión en los rostros de sus amigas. Vi a
cia, con una copa de tequila en la mano, sin move
esde la cocina, con sonrisas
n sistemático para destruir
. Pero debajo del dolor, el fuego de l
el por
la verdad h