la subasta, cada p

a una cifra obscena, una humillac

u voz untuosa resonando

fondo especial para estas ocasiones

itía la vergüenza. Si no lo hacía,

aban sobre mí, esp

tensa, una mirada de tr

era de falsa compasión, un

eo, susurrándole algo al oído, una peq

ndentemente firme, clara

a comp

lo recorr

e un salto, su rostro

ergüenza? ¿Vas a dejar que to

or en mi pecho se había tran

ebería ser para quien crea, distrib

ás el caos, el murmullo y la mirada atónita d

caminaba sin rumbo por l

Ja

eo se ha pasado de la raya",

espo

a madre de Sofía, y el puesto en el Ballet Naci

era tan obvia,

dad, Lucía, y tú... tú eres f

rga escapó d

, mi voz vacía de toda emo

tenderías, eres

el te

ré su número, lu

s, dieciocho años de una vida

una notificación apa

rgas, el director de la compañía de

mo bailaora principal pa

lo dos vec

, Javier... todo podía