ino era un mar de
, la música clásica flotaba en el aire y el aroma del je
endo, bebiendo, celebrand
lugar, una mancha e
tro del patio, rodeado de
calculadora, le ponía una mano en e
da, se aferraba a su brazo, mirándom
a gente, ignorando l
ate
ó débil, t
o en sus ojos. Pero desapareció tan rápido como lle
e, ¿la co
molestes. Es solo una de esas personas que inten
ró de arriba abajo, su
eo. Es mi dinero. Los 80.000 euros de mis salarios. Mi
mente, como si mi
guri
era un
iedad. No sé quién es ni qué quier
mes me agarraron
su nombre,
vor! ¡Es la vida
ta, abrazó a Isabel por la cintura y l
a la salida, escuché la voz
n. Nunca hay que cede
calle de grava com
vestido se rasgó y
era nada comparado con e
, mi amor, mi confianza y mi dinero, acababa de dejar mor
ho con una son