que no tuviera forma de comunicarme con el exterior, de que no pudiera
olvidó
o de polvo, estaba mi viejo portát
nderse. Recé para que la co
cio
lo había una direc
necesito
saje a Aleja
a fue casi
esitas, Sofía
de mis diseños, la traición, el móvil r
frío y puro se apoderó de mí. Me levanté y empec
ura que le había regalado y arranqué las páginas. Fui a su armario, saqué sus trajes caros,
n furia, sino con una precisión metódica. Era
o a un montón de sus camisas en la ch
n riendo, abrazados. Se detu
ho?", gritó Mateo,
espondí, mi v
or con desprecio. "Está
e yo había preparado con
a de un tirón. Hurgó en mi ropa. "¿Est
fingió tropezar. Se cayó al suelo con
mirando a Mateo con los
a ella. "¿Bebé? ¿
o. "Sofía me ha empujad
jos inyectados en sangr
erdón! ¡Ah
ocado", dije,
ón o te juro
Mateo. Es una
mostró la pantalla. Había enviado las fotos y el vídeo a todos
, cuando se inaugure la torre, todo el mundo sa
mi habitación y cerr
culo desde aquí", gri
rrada en la oscuridad. Pero no sentía miedo. Solo