a de Rosa, una de las sirvi
la cocina, con los ojos llenos de
ienes que
un susurr
ateo... te
rdido? ¿Cómo que
ía las manos e
artesano, el que hace las guitarras... Javier. El jov
, tragand
tenía dinero, el joven Mateo se rio y dijo...
ue no era del s
ña. Y perdió. Te ve
na parte de mí ya lo esperara. Después de lo de las empanadas, d
unté. Mi voz sonó e
zada. "Dijo que era m
nco, bordado por mi madre antes de que yo viniera aquí. Una manta de lana gruesa, que yo misma había tejido en l
cosas en un
guntó Rosa, con la voz ro
a el saco al hombro. "No necesito que me lo di
un vacío inmenso y una certeza absoluta. Mi