o que cualquier aplauso. La cara de Javier pasó de l
no es graci
quemara. "¡Imposible! ¿Con quién?
bailaora caída en desgracia,
áscara de furia herida. "Estás min
no pude reprimir la ironía. "Créeme, lo últim
dos, grabando el drama. La humillación pública que él había pla
, su arrogancia desmoronánd
miradas curiosas. Pero una mano grande y firme se inte
señora ha d
ligero acento que no era d
tero estrella del Real Madrid, el ídolo de millones. Llevaba una simple camiseta negra y vaqueros, pero su pres
os se convirtieron en jadeos audibles. Los flash
Mateo a mí, y luego al bebé. Su cerebro
", balbuceó Javier, miran
lidos y preocupados, estaban fijos en mí. "¿Estás
eo y besé la frente de nuestro hijo. "Estoy bi
ran dado un puñetazo. La realidad de la situació
puede ser"
l, una mirada fría y analítica. "¿T