a las afueras de Madrid. Los invitados reían, la
sino por la felicidad. Cinco años con Sofía, cinco años de trabajo duro, de
fía no
de los invitados se convirtieron en un zumbido incómo
. Seguro que sol
a que no era
pero no hacia mí. Llevaba su vestido de novia,
cuando llegó a mi lado, ig
, ¿qué
antalla iluminaba s
o una crisis. Est
o, el "artista torturado" del que siempre me hablaba
oy es nue
nó extrañ
vez en cinco años, no vi a m
más en esta ciud
¿Y toda esta g
a, las lágrimas ya cor
ue ir. L
ejó atrás el altar, a los in
ncio en la finca era absoluto, roto solo por el
on el traje puesto y u
e abrazó fuerte. No di
vitados. Con la voz firme, an
ilencio, con miradas
ía para
ahora quemaba mi piel. El día perfecto s