antiséptico y a la
vendado, mientras Alejandro la atendía co
Camila con una voz débil y lastimera. "Pero me
mí, su rostro era una
do? Disc
ué a m
hice
ndro fue instantánea. Camila suspi
esiones. Quizás todavía está re
era tan obvia, p
Alejandro, su voz bajando a un tono peligroso. "¿O
ta. Pero vi la determinación en sus oj
as palabras sabiendo
ro. ¿Era alivio? ¿O una punzada de culpa? Des
buscando una excusa para huir
quiere ver. Y Alejandro quería ver a Camil
al pasillo,
aquí esta noche y la cuidarás," me orden
en si
ré su esposo. Espero que dejes de lado cualquier.
nté decir. "De hecho, yo
me interrumpió, dándose la vuel
ta salió de mis labios ante
jandro? ¿Por qué la
la puerta, pe
ntasías prohibidas," dijo, y cada palabra fue un gol
uerta, dejándome s
inutos por un vaso de agua, para acomodarle la almohada, para bu
eras y el alma por los suelos
la hacienda para celebrar nuestro co
nsada. Pr
jandro desde la puerta. No er
a presenciar la celebraci