o. Luces estroboscópicas cortaban la oscuridad, revelando fragmentos de cuerpos sudorosos y son
ciopelo rojo, una copa de champán en la mano. Me sonrió,
l instante, atrayéndome hacia él. Su olor, una me
, susurró en mi oído, su
mana", respondí, mi voz apena
onco. "Elena puede cuidarse s
vo, una marca invisible que él ponía sobre mí en público, aunque nadie más supiera lo
s secretos, de noches robadas en mi ático con vist
do con una mezcla de esperanza y m
ta de baile, pero sentí cómo su
bodegueros de Jerez?", pre
esento a alguien formalmente, o... o tendré qu
Javier era un viejo amigo de la familia. Un hombr
Sus ojos oscuros buscaro
hemos habla
o una cena especial para nosotros esta noche
Quería darle la oportunidad
iciando mi mejilla. "Tranquila. Confía
que había aprendido a desconfiar, sintió un escalofrío. Era una prome
a", dije, levantándo
na. La puerta del reservado contiguo estaba entreabierta. Escuché
a vuelve a Madrid la semana que viene, es hora de pone
speré que les dijera que me a
é su risa. Una risa
as con el coche de la autoescuela
aire se volvió denso,
áctica. Con Isa teng
objeto de usar y tirar antes de conseguir el verdadero premio. Is
de mi pecho. Me apoyé contra la pared, luchando por no caerme. Las luces de l
, empujando a la gente, huyendo de su voz, de
de un tren. Fue en una fiesta, hace cinco años. Yo estaba borr
ú no debería bebe
esa noche. Me llevó a c
. Yo era mayor, más experimentada. Pero su persistencia me desgastó. Me persigu
batalla ganada contra las con
onstruyendo un futuro sobre cimientos
rileña golpeando mi cara. Saqué el teléfono, mi
rota. "Acepto. Acepto
de que pudi
usurré al viento. "S