rtín Giménez llevab
monio ar
si necesitaba limpiar su
familia tradicional venida a menos, n
lla, los olivares polvorientos para él,
era un inf
espreciaba
cordatorio constante de las pres
celero de su
ba la crueldad de Isabella co
niños, un amor no correspondido que
e la vendimia de la bodega R
aroma del vino nuev
n un vestido rojo sangre,
ven empresario porteño, sus risas
de un rincón, con una c
ido, parecía aún más demacra
lla l
desdén se dibuj
rastrando a su aco
con una dulzura veneno
a miró f
él, su voz apenas un susurr
soltó una
s rostros, tan
la tensió
lando provocadoramente, p
rcó, su pacie
ó una cop
oz sonando más firme
eó a Isabella c
él, sus ojos e
público, Martín. Sa
có él, manteniendo la calma.
nto deliberado, derramó el vino sob
da y alejarse, dejando a Martín solo, humillado, con la manc
e los invitad
etó los puños y se retiró
un nudo de dolo