ás tarde, oliendo al p
?" preguntó, ajeno a la tormenta que se h
ndieron. Simplemente l
ntó acercar
No quieres ir a ver lo
avier frunció el ceño, confundido por el rechazo.
teo con voz temblor
Metió la mano en el bolsillo y sacó
olvidó. Pero
en el coche de su padre. No dijo nada. Simpleme
un peso tangible
ete mañana," le prom
ía. Mañana habría otra necesidad de
Pan, queso y un poco de sopa.
todo lo
l dinero que nos dejas," respo
ustificar sus gastos, pero
altavoz. "Valentina no puede dormir. ¿Podrías trae
Javier al instant
e vayas," s
revolvió
lo, hijo. Valent
sin mir
rabia arder en su interior. Se quedó despierta toda la noche, escuchando la
despertó ardiendo en fiebre. T
ntró en
para usar su teléfono y ll
a Isabel y a su hija en el coche. Creo que iban al
a fría y pura r
. La misma negligenci
ue Javier volviera, a que la ayudara.
vez
erar," se dij
riendo bajo la lluvia torrencial, sin imp
calándola hasta los huesos. A mitad de cam
e no podría más, un coc
oven bajó l
¿necesi
mismo que había intentado s
eó Sofía. "Est
a subir al coche y condujo a t
pericia que tranquilizaron a Sofía. Le diagnosticó una
en la recepción del hospital privado d
Valentina. Isabel estaba a su lado, secándose lágrimas f
la clínica pública donde su pr
agar el tratamiento de Mateo. Ella no tení
su dedo. El oro, que una vez simbolizó amor
or. El sonido metálico fue el