le el cuerpo, una sensación ex
casa de su tía Isabel se
rutas, "para que te animes, prima", le dijo con una
la vista, pero t
enso la hizo
iernas flaquearon
ando apoyo y se aferró a lo primero que e
mirada con
sgos serios y ojos pe
andro De
e Cartagena, el hombre del q
más contra él, buscando seguridad
surró, con la
, una mueca de evidente d
más aún de una desconocida que parecía es
eñora Isabel ya habían llegado a sus oídos: una jov
n parecía con
ferraba a él con la desesp
con voz fría, intentando separ
o oírle, o no
ban vidriosos
e un poco, sintiendo l
o recorrió
ba con desaprobación, mientras
ebida adulterada, sintió una extraña
parecía un ancla en medio de
te de sus actos, sus manos subieron torpemente p
rte", dijo, con
tió una olead
o olía a alcohol fuerte, ten
an completament
ese", espetó él, t
su cuello momentáneame
a era bo
o por el disgusto, la apartó con
e lugar", le dijo,
también una vulnerabilidad que lo inquietó
mujer no estaba
, que se acercó rápidamente.
ancias. "No lo sé, Alejandro.
on una luz que no era pre
uerido, no te molestes con esta... per
oró el coment
sto a un mesero
que ahora estaba sentada torpemente
le ordenó, má
sus ojos inte
talina, bebió u
ó despejarla mínimamente
te más, su juicio ya emitido:
do aire fresco en el balcón, queriendo
isiparse, pero fue reemplazada por una oleada de recue
ado. Esta era su vida,
del alcalde, las acusaciones falsas de sedu
n nuevo comienzo, un refugio, pero
de Alejandro De la Ve
vitados. La sonrisa m
rima probablemente había
Este incidente solo al
a magnitud d
", acababa de protagonizar una escena vergonzosa con uno
bía acogido con res
e encontrar un lugar donde su talento
r de impoten
efenderse? ¿Qu
narrativa que otros ha
n su porte de hombre ínteg
cultad, sintiéndose
nando, pero ahora l
o en el balcón
e, aclarar las cosas,
él con pasos
, comenzó, con la
ente, su expresió
o de hace un momento.
e vergüenza
arriba abajo, su esce
egura de lo que hacía",
el color se le
Creo que... creo que algui
uién se le ocurriría hacer
como si ella estuvie
sintiéndose cada vez más
Sus... excusas no me interesan. Solo le pido que manten
palabras, la humill
, la desprecia
beza, incapaz de
tiró rápidamente, sintiendo las
ado, deseando que la
sentación en sociedad, se había
una chispa de rebeldía, un anhelo de libertad
a vencer tan