img Una novia de mentiras para el millonario  /  Capítulo 2 UN PLAN DESMESURADO | 40.00%
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Historia

Capítulo 2 UN PLAN DESMESURADO

Palabras:2194    |    Actualizado en: 13/06/2025

ia Co

rdiendo en mi pecho. ¿Quién demonios se creía ese tipo? ¿Pensaba que yo era

queño departamento. Tampoco dejaría el dinero sobre la mesa, como si no me estuviera ha

e un mensaje. -Se lamió la cuchara con la que se comía su helado y me miró con

nco y le lancé una m

suena horrible, Nicol. Solo quiero descansa

uspiré, pero mi amiga no tenía inte

e con Edward. Wow, ese hombre es espectacular. Y ni hablar del dinero que tie

te de helado con

de la cabeza. Nadie va a mantenerte, Nicol, mejor pont

daba el fajo de billet

ien que me dé lo que merezco -canturreó, d

noche con Marcelo. Nunca me habían atraído los homb

ento, cariños

era sido una "noche loca". Po

ses má

rc

eguir encerrado entre esas paredes llenas de recuerdos, de momentos compartidos con una mujer a la que, a pesar de todo, seguía amando. Le había rogado que n

vuelta en la compañía -me recibió Neila

a amabilidades. Deb

¿Cuántas entrevistas tenemos hoy? Necesi

s de una hora. He seleccionado a

desvaneció de inmediato cuando la

e allí, dos personas que

ant

curvas y su melena oscura caía en ondas suaves sobre sus hombros. Sus labios, p

taba Alan Ventura, el hijo menor de mi tí

arriba abajo, como si fuera un extraño. Como si no hubiéramos comparti

directo a

Neila, notando cómo la torme

abeza y solté un suspiro,

estoy

pudo tirar a la basura seis años de nuestra vida? ¿Cómo tuvo el descaro de hacerlo? Mi cabeza se llenó de ideas descabelladas. Quería venganza. Quería una mujer más joven a mi lado,

a per

rimera candida

a me sacó de m

e pase,

apresuré a acomodar mi escritorio y a r

la puert

elegante traje oscuro. Pero cuando levanté la vista y reconocí su rostro, sentí que el mundo

verme. Su expresión se tornó pálida y, por un instan

ui más

vor. Es una entre

el silencio nos envolvió, pero no tenía sentido prolongarlo. Éramos adultos. Debíamos actuar

ué gusto ve

ara que el destino volviera a cruzarnos, aunque nunca imaginé que sería así. De tod

pregunté, de

ó una pequeña bolsa de papel, ext

brirla, el contenido

or sus servicios. Y, si le sirve de consuel

baleara. Sentí un vértigo extraño, una pu

fendí, esa no era mi intenc

ta de trabajo, pero al verlo, mi objetivo cambió. Ya cumplí co

do. No podía dejar que se marchara así. Salí de detrás de

zclemos las cosas -dije, cerrando la puerta con fi

ró de arri

tas veces envié mi solicitud a esta compañía. Esto debe ser una bro

che fue un malentendido. La pasé muy b

mi número, no dejó el suyo, simplemente se fue. Pero da igual, ya no im

u experiencia laboral era escasa; aún estaba en la universidad y su perfil no encajaba con

a había escogido como candidata, p

con una mujer tan joven y hermosa, tal vez se replantearía su decisión

a seguro de lo contrario. Su sola presencia me traía imáge

ir esto en un trato, algo en lo que ambos ganáramos. Si realmente buscaba trabajo, podía ofrecerle algo mucho

ntura? -Su voz me sac

ecesito hab

me hizo apretar la mandíbula. Era como si lo que ocurri

e asistente... pero tengo otra ofert

falda de su traje y carraspeó, como si ne

trata, señor? -preguntó

soltar la propuesta m

a cambio, seré tu benefactor. Te daré lo que quieras, cumpliré cada uno de

e lo ridículo que sonaba. Ni siquiera había considera

de que pudiera reaccionar, su mano impactó contra mi mejilla

era impresión no fue la mejor, pero no soy la clase de mujer que usted cree. Tengo principios, val

té del brazo, desesperado. Mis emociones me desbordaron, y

ltarse ni pronunció palabra. Solo me observó, como si intentara

-supliqué, como si mi

a carcajada. No fue cruel, pero sí incrédula,

imos nada. No tuvimos sexo, ni siquiera nos desnudamos. Solo nos besamos y luego tú te pusiste a llo

hizo sentir patético, p

odo, ahora no tengo nada. Quiero que ella regrese, y si darle celos la hace volver, ent

ión, pero no me importaba. Valeria, en cambio, me

úlpame, pero si lo que buscas es una jovencita dispuesta a ser tu juguete, estoy segura

ras, sentí que t

sequé las lágrimas. Parecía un idiota. Un hombre como

as, recibirás en tu correo toda la información sobre el contrato. Tie

spiró con

s, pero mi respues

salió de

ué estaba haciendo, solo tenía claro que necesitaba que aceptara. No podía permitir que Samantha me viera destruido.

y delegué la selección del asistente a alguien de confianz

a porque había creado esa inmediata obsesió

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