lor de julio era tan intenso
manga para cubrir la visible cicatriz de su brazo, escuchó que uno de lo
nto, pues escuchar "familia Morgan" de
do se desmoronó cuatro años atrás, cuando la policía llamó a su puerta y anunci
o solo le arrancaron su identidad, sin
ron aceptación. Le dijeron al mundo que todavía veían a Maia como parte de su familia, pero cualquier
aia había sido más bien una invitada en su propio hogar, en vez de una verdade
l incidente de
Maia. Aunque la trampa era evidente, a los Morgan no le
cusaciones públicas con tanta facilida
le pertenecía a
esgarse a ofenderlos, especialmente por alguien que no era su verdadera hija. Por eso, el nombre de Maia de la familia Morgan y decla
n tanta fuerza los nudillos que
rejas por un crimen que Rosanna comet
uperaría su
.
na inquietante energía. El calor inundaba el aire y la impaciencia se reflejaba e
ida con el mismo sencillo atuendo
su hija perdida desde hace mucho tiempo. Luego caminó hacia ella, rodeada
ctáculo, la chica casi p
arte a casa", dijo Sandra, con la voz
no pudieron evitar murmurar con sim
Yo no soy tu hija", respondió la otra fría
imera e intentó recuperar el control de la narrativa: "Maia, ¿cómo puedes decir algo así? Yo fui q
ilia, ¿no me llamaste Watson? Además, dejaste que me encarcelaran sin pensarlo dos veces. Dej
decir que no es una Morgan, ¿si
ambiaron miradas de incredulidad, y luego estalló el caos: se le acercaron aún
n sobre ella, sabía que no podía desahogarse. Tení
ron con las manos en la masa, ¿y aun así te atreves a decir que te incriminaron?! Nos expusimos a este calor infernal para venir a recogerte, después de tus cuatro año
er a Rosanna. De hecho, llegó al punto de empujarla para tirarla al suelo. Todavía recordaba lo fuerte que había sido el impacto, pues s
ado en el bolso de Maia, mientras esta se
nesta y ansiosa por ser su amiga. Por eso, cuando le ofreció su ayuda, le dio su bolso sin pensarlo dos
o una amenaza: temía que los Morgan la quisier
y vio la verdad de la familia Morgan. Desde entonc
sa y los ojos llenos de lágrimas, aferrándose a Jarrod. "Maia, te juro que no volví para robarte tu lugar en la f
se robó una vida que era legítimamente tuya durante diecisiete años. Ella es la que obró mal.
a con brusquedad, recorrien
"Han pasado cuatro años desde que Maia vivió con nosotros. Claramente todavía se está adaptando, y yo puedo ente
, pensó Maia, pero no s
ó: "Señora Morgan, ¿no firmaste ya los papeles que cortan todo lazo entre