el sofá, comiendo un sándwich y esperando
mentase algo, me a
o, di una ojeada por los locales de allí cerca. Recuerda que este mes es el c
ndo su sándwich. Yo seguí hasta mi cuarto. Me desvesti y entré al baño a lavarme la
lo. Me abrazaba fuerte contra su cuerpo. Se movían sus caderas. Y
a su abrazo. Y me aparté con la excus
te–dije dejando entreline
descon
s divertiríam
preparas un sándwich y ve
egreso, escoge u
o también sabía que no le parecería nada agradable. Me puse una bata de dormir. Y me recosté mientras pasaba los canale
íntesis, la cual, para variar como ocurre con la mayoría de las plataformas de TV, sólo dan una mi
esa. Si algo aprendí en estos siete años viviendo con él,
es, discutíamos por su forma tan superficial de ver las cosas, pero luego cuando nos reconciliábamos entre las sábanas, olvidaba las razones de la disputa. Con los años, me convencí de que era mejo
sobre la cama la bandeja con un sándwich, un
"Un viaje a la eternidad" ¿qui
o de películas– extiende la mano pidien
habría atrevido a ver algunos filmes. Por ventura, soy más de leer entre líneas los títulos para escoger una película, pero Mauricio
interesante "el diar
un poco de desentusiasmo. "con eso
a escena donde, aquella mujer semidesnud
sept
enar los estudiantes en filas. Tengo 23 años y estoy recién graduada, mi experiencia es poca, solo las prácticas en la fase de ida, en el aula de clases, con m
eries narradas e
lando. Nunca me ha entendido. La mayoría de los seres humanos no
e oficio, es difícil, aún así no determina lo bueno que seas o llegues a ser en tu profesión. Tuve muc
hecho un excelente trabajo. Por mi edad, fue fácil conectar con muchos de ellos, y ser aparte de su profesora, confidente y consejera en algunos casos. Cómo por ejemplo cuando Luc
años. Y Edison trabaja de repartidor de Pizza en las noches, mientras termina su bachillerato. Me siento satisfecha po
e ha avanzado. Me colocó los lentes de montura. Bajo un poco el volu
a poder agarrar nuevament
rto pero me parece muy joven. Generalmente son viejos de unos 60 años. Me pide que me siente. Me pregunta cómo estuvo mi primer día de clase. No sé si decir lo nerviosa que estaba o aparentar una seguridad, de la cual carezco. Prefiero intentar lo segundo. Me mira impresionado. Lo cual es alentador para mí, eso significa que le convenció mi argumento a pesar de las situaciones reales que acontecen un primer día de trabajo, en un liceo. Me felicita y me da algunas instrucciones sobre las normas en el colegio. Su mirada es inquisidora. Observa mis pechos, como deseando que el botón se abra y de
pensaba en coquetear al director, me parecía algo sumamente irrespetuoso y fuera d
apagar la tele y dormir. Fue
azo sin que de mis pensamientos s
nta describir mi emoción, trato de etiquetarlo y las palabras van y vienen, sin dar un a
hombre. Mi primer amor. Y aunque no siempre estamos de acuerdo, es un buen hombre. Sin mencionar que
iones. A veces siento que confia más en Mauricio que en su propia hija. No me imagino si supiera lo que estoy sintiendo po
otros, lo hacen porque nunca se les presentó una oportunidad igual a l