do que la piel canela llegó a bromear con lo hermosa que era la novia de Takumi y este r
mantener la cordura a pesar del ambiente tan inestable al cual estaban sometidos. Mantenían conversaciones personales, haciendo
enfermado durante este año que hemos estado metid
s la selva me da todo lo que necesito. Tal vez ustedes los doctores deberían aprovechar más a la
ertirme en el ministro de salud de mi país modificaré el pénsum de estudio
umiante masticando monte todo el día para no enfer
que sin duda dejó sufriendo a más de una familia como producto del fallecimiento de uno de sus miembros. Y aunque cada militar o postulante a incorporarse a una zona de guerra sabe que corre el riesgo de vivir o mejor dicho sobrevivir a tan dura experiencia
eslizarse por el suelo empapado de sangre, tuvo que apoyarse sobre sus codos, ya que sus piernas no le respondían, consiguió toparse con el cuerpo casi inerte de Roberto, luego de golpearlo en el rostro logró que recobrara el conocimiento. Buscaron a Taku
por Takumi -pronunció, aprensivamente, manteniendo
de salvar tu vida, yo no podré sobrevivir a esta
inal. Sea cual sea nuestro destino en esta guerra la lib
l usaba para descansar cuando realizaba sus expediciones. Allí recostó al nipón en el piso, trató de limpiarle las múltiples h
tablillar tus piernas -Le informó al c
que logró pronunciar L
gracias a Dios que aún estaba inconsciente así Roberto pudo tratar las mal trechas piernas. Hizo una pequeña fogata solo hasta calenta
ntregó unas hojas que
s hojas; son un analgésico natural bastante e
e -bromeó, tratando de
ar sus cansados pulmones de aire fresco, impulsándolo a hacer unas compresas con
Con vasta experiencia procedió a machacar las hierbas, para cuando sintió que la mezcl
la inmensa tortura física y emocional que azotaba a su herido
no debes gritar, así evitaremos ser localizados por el b
n. Aunado a ello intentó, vagamente, enfocar la precaria vista y su sentido de audición estaba, totalmente, desactivado impidiéndole escuchar las instrucciones de Roberto; consecuencia directa del profuso sangramiento en sus oídos. Tenía un hombro dislocado y varias costillas fracturadas que
án -intentó explicarle con señas. Le colocó una delgada rama entre los
Listo amigo ya pasó lo peor- Le dijo para tranquilizarlo. Aunque la tez grisácea le indicó a Roberto que Takumi esta
rnos -Le advi
es con la cabeza. Roberto ayudó a su amigo a apearse, ya que este cayó desplomado por no t
nía del enemigo, viéndose obligado a cambiar de dirección. Recordó que había una especie de selva más densa como a diez minutos hacia al norte, donde había grand
no salir de sus escondites hasta que cayera otra vez la noche. Tanto Takumi como Roberto
anoche según la posición de la luna, decidió que era el
ee está bien, volveré enseguida no te muevas de aquí -Le hizo s
a de lluvia para mantene
nza intentó excusarse, pero tuv
ás temía; tenía fiebre producto de la infección -Tranquilo
idiéndose de Lee con una gran son
levantó para echarlo al hombro y emprendió el regreso a la cueva. Al llegar pudieron ver a Lee, literalmente, deli
acercándose así que, aunque estaba realmente exhausto procedió a echarse a Lee al hombro para llevarlo c
manos del enemigo. Luego de varias horas, donde los heridos entraban y salían de la inconsciencia, Roberto aún agotado optó, nuevamen
tuvieron por un momento. Trataron de mantener la calma para evitar ser descubierto. ¡Gracias a Dios!, esos pasos les pertenecían a R
ón que había quedado atrás después del ataque - Takumi trató de sonreír, pero no lo logró producto de la deformidad por
sa fiebre y evitar nuevas infecciones así que vamos
leto en el manantial. Tardó más o menos media hora hasta que sintió que estaba lo suficientemente limpio. Aún desnudo lo sentó apoyándo